En el momento de sentarnos a escribir este artículo de tendencias de 2019, nos dimos cuenta de que para este año claramente dos grandes fuerzas que se desarrollan en paralelo: por un lado, la imparable digitalización y automatización de casi todos los aspectos de nuestra vida personal y profesional; y por otro, el auge de las soft skills, en una intensa vuelta a lo que nos hace más humanos como la capacidad de comunicación, la capacidad de creación, de cooperación, la flexibilidad, la empatía, etc.
Parece que cuanto más tecnológico se vuelve nuestro entorno, más tratamos de “rehumanizarnos”. Como si ambas tendencias fueran las dos caras de la misma moneda. El ser humano, ante la irrupción de la tecnología, vuelve a buscar en su interior lo que lo diferencia de las máquinas, y trata de potenciar estas características al máximo para no perder su identidad.